Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), el oso de anteojos está en peligro de extinción, en la categoría “vulnerable”.
La ampliación de la frontera agrícola y la deforestación son algunas de las principales amenazas. Al haber mayor interacción entre ambas especies (osos y humanos) se provocan tensiones que, muchas veces, terminan en la caza de los osos a manos de personas que comercializan sus garras, pelaje o grasa.
La protección del jardinero de nuestros páramos solo es posible gracias al valioso aporte de personas que, como usted, deciden apoyarnos para proteger la vida silvestre de nuestro país.